Los demandantes de asilo y los inmigrantes interceptados en las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE) tienen la obligación de prestarse a la toma de sus huellas dactilares. Una vez tomadas, tienen el derecho de saber quién trata sus datos personales y para qué. Tienen además el derecho de saber qué datos personales son almacenados y por cuánto tiempo. Deberán saber también cómo acceder a ellos, cómo corregirlos y cómo borrarlos en el caso de errores y con quién deben contactar para ello.

En la práctica, los funcionarios encuentran dificultades a la hora de dar información sobre todos estos aspectos cuando tratan los datos en el momento de la toma de las huellas dactilares. A menudo las personas desconocen por qué les toman las huellas dactilares y qué ocurre con ellas.